BUENOS AIRES.- El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, vinculó ayer las suspensiones de personal en el sector automotor con la reducción de la demanda procedente de Brasil. Los problemas laborales en el sector fueron motivo de análisis desde hace semanas. Ayer el secretario general adjunto del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Antonio Milici, calificó como preocupante la situación, especialmente en la planta industrial que la empresa General Motors tiene en la localidad santafesina de Alvear, a causa de la disminución del ritmo de las exportaciones.
“Estamos alertas y vemos dos inconvenientes, uno en la terminal de vehículos y otro en las ventas en el mercado interno, dentro de las concesionarias”, explicó el dirigente. El viernes pasado, la compañía de camiones Iveco, del grupo Fiat, y la automotriz Renault confirmaron la suspensión de un total de 1.100 trabajadores debido a una menor demanda, en el caso de la primera, y de falta de repuestos para el modelo Clio, en el caso de la compañía francesa.
Escenario internacional
Capitanich, en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada, afirmó ayer que existe un “trabajo conjunto” entre el Gobierno nacional y la administración brasileña para la renovación del acuerdo automotor, que vence el 30 de junio.
“Hay un componente que tiene que ver con la reducción abrupta de la demanda externa de Brasil”, explicó Capitanich al ser consultado sobre la decisión de algunas empresas de suspender a su personal. Sin embargo, advirtió que el Ministerio de Industria y de Economía monitorean la situación laboral. “El 86% del volumen exportable de la industria automotriz está dirigido al Brasil”, argumentó el funcionario.
Milici también manifestó que su gremio está preocupado por la situación de Brasil. “Está bajando la demanda y toda la producción de General Motors, por ejemplo, en este momento, casi el 80% se destina a ese mercado. Hay que ver cómo arranca en este trimestre la venta”, subrayó.
Sobre la realidad del mercado interno, el dirigente sindical advirtió que hubo bajas en las ventas a causa del impuesto a los autos de alta gama. “Los consumidores no está comprando vehículos”, observó el gremialista. Sin embargo, Capitanich descartó la posible influencia de los impuestos internos en la caída de ventas, al señalar que “afecta solamente al 4,1% de la producción nacional”. “El incremento dispuesto a fines de 2013 no tiene impacto en el precio del bien”, argumentó el funcionario.
Milici señaló que en Santa Fe todavía no se prevén suspensiones como en las plantas cordobesas. Además, recordó que en el primer semestre del año pasado se vendieron con 34 autos por hora, y subrayó que en el segundo bajó a 29 autos por hora. “Hicimos un rebalanceo de línea y hoy seguimos manteniendo los 29. Si seguimos manteniendo esa producción vamos a andar bien, pero si baja habrá que estudiar el convenio colectivo de trabajo”, concluyó el gremialista. (DyN)